Pasaban cuarenta minutos de las 12.00 horas del mediodía cuando se produjo el
encuentro entre Jesús Resucitado y María Santísima de Luna, entre las calles San
Cayetano y Jesús. Momento en el que se le retiró a la Virgen el manto de luto,
se lanzaron pétalos desde un balcón próximo y cohetes en la Plaza de la
Iglesia.
Luego siguió el recorrido pasando por lugares como la Plaza del
Pozo Viejo, la Carrera Oficial o el Risquillo. Pasadas las 15.30 horas llegaba
la Cruz de Guía a la Plaza de la Iglesia. En primer lugar, el paso juvenil de
nuestra Semana Santa, el de las Tres Marías -Magdalena, Salomé y Cleofás-,
aunque con sólo dos de ellas, ya que por un problema de sujeción, una de las
tres Marías tuvo que ser retirada una vez pasada la Carrera Oficial. El
imponente paso de misterio del Resucitado y el de la patrona, la Virgen de Luna
- este año sin templete para recortar peso por la escasez de costaleras-
entraron posteriormente en Santa Catalina. Por cierto, que hubo opiniones para
todos los gustos sobre la retirada del templete. Hay que decía que así le
gustaba más ver a la Virgen de Luna.
En la procesión, hubo presencia de
miembros de la Cofradía de la Virgen de Luna. Pues eso, ahí quedó y hasta el año
que viene.
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