La noche era algo más apacible de lo esperado lo que propició que algo más de un centenar largo de personas acompañaran a Jesús Yacente por las calles de la ciudad.
Abría el cortejo la Cruz Parroquial y los dos ciriales de Santa Catalina. En esta ocasión todos los hermanos mayores y Junta de Gobierno de la Agrupación formaban en presidencia con sus respectivas varas.
Se volvió a contar con música de capilla. La formación musical procedente de nuestro conservatorio se consolida e introduce en el panorama cofrade, poco a poco aumentando su repertorio. Le seguian los lectores, acolitos turiferarios, el paso con la imagen del Santo Entierro, preste y feligresía.
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